Si la rompes, la pagas.
🌟 Emprender no es para todos, y “romperla” viene con un precio. A veces, un negocio simplemente sobrevive, sin brillar, y entonces viene la pregunta clave: ¿vale la pena seguir subiendo la apuesta?

Personalmente yo no uso con frecuencia la expresión de “romperla” para decir que lo estás logrando o que estás teniendo éxito. Soy generación X, y me tocaron otro tipo de frases. Pero aquí queda bastante bien para el juego de palabras que estoy proponiendo: Si la rompes, la pagas. Ataquemos ya el tema.
El riesgo del desconocimiento y la mediocridad
Un emprendedor nunca sabe si su idea va a funcionar, sin embargo nadie emprende para fracasar, ¿verdad? Esto hace que una persona pueda tener uno o múltiples intentos de emprender, antes de encontrar un proyecto exitoso. Hasta aquí todos de acuerdo. ¿si?
Pero, ¿qué pasa cuando un emprendimiento no es lo suficientemente bueno como para decir que es exitoso, ni lo suficientemente malo para decir que es un fracaso?
¿Existe una medida para definir un emprendimiento bueno de uno malo? Considero que hay una línea muy borrosa a partir de un negocio que llega a punto de equilibrio, pues algunos podrían pensar que están a punto del despegue, y otros podrían ver el éxito como una posibilidad remota.
Pienso que la evaluación del presente y potencial futuro de un negocio depende en gran medida del costo de oportunidad que se está asumiendo al estar al frente de un proyecto. La pregunta entonces debería ser así:
¿Aquello que estoy realizando ahora (mi negocio) es mejor de lo que podría estar haciendo si no lo tuviera?

A que no puedes comer solo una…
Esta frase se volvió famosa por ser el slogan de Sabritas por muchos años. Y creo que aplica muy bien a los emprendimientos medianamente exitosos, que si bien superan la prueba del costo de oportunidad, no terminan de hacerse rentables ni autogestionables. Nos enfrascamos a intentar una, dos, tres y hasta cientos de estrategias para que se convierta en un gran modelo de negocios. Y cada intento cuesta dinero, cabeza y tiempo.
¿Ya imaginas para dónde voy? A mayor cantidad de intentos de convertir tu empresa en algo exitoso, mayor podría ser el compromiso de deudas personales y empresariales que cargues a tu cuenta. Lo que cualquier gurú te dice es “Invierte en ti, pues nadie más lo hará”, o “Siempre es más oscuro antes de que amanezca”. Nahh!

Si miras bien la gráfica que te acabo de mostrar, verás que hay una “zona rosa” de las empresas que han sobrevivido en los últimos años en México. Probablemente esas empresas que “sobreviven” lo hagan con números muy decentes, o quizás estén batallando cada día más para mantenerse a flote. Lo que sí es que cualquier negocio tiene sus épocas difíciles.
Elige bien la cruz que has de cargar
¡Mucho ojo! Es muy común que en los primeros años haya un crecimiento a doble dígito anual en facturación, pero con la crecida de las ventas, se requiera incurrir en más gastos y compromisos financieros. Los pasos hacia adelante en cuanto al crecimiento y expansión del negocio son muy emocionantes: son el hit de dopamina para el cual vivimos los emprendedores. Pero, en contraparte, los pasos hacia atrás son muy duros, y nos cuesta mucho trabajo aceptar cuando hay algo que de verdad no está funcionando. ¡Se siente terrible hacerlo!
Si estás por empezar un negocio, tienes que evaluar que hay una alta probabilidad de fracaso, pero que también hay probabilidades de que tu negocio sobreviva. Si logra sobrevivir, será un viaje rocoso, del cual se irán reduciendo el número de paradas a lo largo del recorrido. Cada estación que pases, implicará tomar decisiones que te comprometerán más con el vehículo que te transporta, y con sus demás tripulantes. Al punto de que, bajarse del tren, pareciera casi imposible. Suena como el guión de un thriller, pero no lo es.
Si tu idea de emprendimiento está alineada a tus intereses más profundos, y serías feliz de montar ese tren sin importar el número de baches, escalas, desvíos y reparaciones que se tengan que hacer, ¡Bienvenido!
Si no estás con el ánimo de hacer un compromiso a largo plazo, sería mejor que te lo pienses un par de veces más, pues aunque esta idea de emprender se observa bien a la distancia, representa una apuesta cara.
Para ti que empiezas esta aventura, te invito a que sigas atento a los contenidos que publico en este blog, y que te suscribas para recibir notificaciones de los nuevos post que hago cada semana.
También está abierta la opción de que contrates un paquete de sesiones de mentoría, que te serán de gran utilidad para las etapas iniciales de tu emprendimiento. ¡Estaré gustoso de apoyarte!